Television Personalities - Part Time Punks, The Very Best Of The Television Personalities

Dentro de la exclusividad del material de culto existen vacas sagradas invisibles: Elton Motello, Orange Juice, Suicide, XTC y un largo etcétera. La movida (original) del punk dejó una estela considerable de músicos-héroes anónimos. Unos cuantos Wreckless Eric’s. Otros pocos Go-Betweens. Y muchos Dan Traceys. Los Television Personalities (TVP’S), precisamente liderados por este último, demuestran lo rápido que se olvida el pasado y lo poco que las nuevas generaciones están interesadas en hurgar el cajón de la memoria colectiva. Neta, un título como They Could Have Been Bigger Than the Beatles o I Know Where Syd Barrett Lives, deberían ser el gancho suficiente para escuchar a esta banda (al menos para mí lo fue) en la cual DanTracey exprime, prácticamente de la nada, una genialidad que más tarde heredó indirectamente a Bobby Gillespie y al Indie noventero de los Inspiral Carpets y los Stone Roses, a los Gaye Bakers On Acid e incluso a bandas más nuevas como los Arctic Monkeys. Pequeñas muestras desabridas de la tradición oral de estas “personalidades de la televisión.”

Uno de los principales problemas con la popularidad de los TVP’S es el desfase temporal que le rompió la madre a su música. En los 70 no eran lo suficientemente punks dada la influencia de la psicodelia en algunas rolas. En los 80 no eran lo suficientemente bailables. Y para los noventa ya habían surgido toda la oleada mancuaniana que, para ser honestos, les debe un chingo a TVP’S y nunca se lo agradecieron (a excepción del os Primal Scream). Y aún así, con toda la genialidad de sus letras, lo bien hechas que están algunas de sus rolas y lo cagadas que son sus portadas, hay que reconocer que no todo su material es bueno. Algo bastante normal en la industria musical. Sin embargo, dentro de todo esto existen joyas que vale la pena presumir. Cosas como Part Time Punks, Magnificent Dreams y The Painted Word, ejemplos perfectos de un buen Pop Tune. Salvador Dali's Garden Party y How I Learned To Love The Bomb, referencias claras a la pintura y el cine. Y Stop And Smell The Roses, son material suficiente para incluir a Dan Tracey en el buró del culto, ahí, junto a la gente que se vuelve referencia: lunáticos como Barret, guerrilleros como Strummer, mods como los Jam; en fin, con todos esos que sí gozaron de la aceptación y cariño del público, de la fama y el éxito. Aquellos que fueron verdaderas personalidades de la televisión y no Part Time Punks como recita el título del este Very Best. Sólo el tiempo redime y a los TVP’S les llegará su momento.

Metal Music Machine, sexo mecánico, drogas sintéticas, rock and roll vanguardista y las barreras entre el ruido y el arte.

Por: Arturo Diaz


Para el momento en que este disco se hizo Lou Reed era toda una sensación en la música. Había lanzado el Transformer y el Berlin (producidos por David Bowie y Bob Ezrin respectivamente), ambos grandes representantes del Glam Proto Punkiano que el Sr Reed había depurado y decantado tras años de experimentación en la Velvet Underground. Así que el hijo prodigo de la Factory Wharholiana estaba en su mejor momento, gozaba de una prolífica carrera como músico, se le apreciaba como una leyenda del rock y era reconocido como uno de los grandes vanguardistas de la época. ¿Cuál era el siguiente paso? Lanzar el disco más pinche ruidoso, molesto e indescifrable de la historia de la música (neta, hace sonar a Anal Cunt y esas putadas de Grindcore como música para bodas).

La fórmula que el buen Lewis Allan Reed decidió utilizar consistía en dos preceptos básicos. El primero: apreciar como ruido todo fenómeno sonoro que nos rodea, entre ello la música; una emisión de ondas sonoras que bajo determinadas circunstancias es o no melódica y que si bien puede llegar a ser de estructura muy simple o compleja, al final sólo es energía. El segundo: ligar el arte y la música con un concepto ideológico y con un statement bien claro; una declaración de principios que Reed necesitó para desligarse del mainstream y que lo hizo inaccesible para las masas, pero lo elevó inmediatamente a los altares del culto. Fenómeno equiparable e inversamente proporcional a lo que hizo en el mismo año Brian Eno con el Discreet Music. Las variaciones son simples, Eno se fue al lado contrario utilizando el silencio y Reed el ruido extremo.

El Metal Music Machine fue lanzado en 1975. Todavía no existía el punk como tal (el Nevermind the Bollocks de los Pistols salió hasta el 76, aunque los Stooges ya habían editado el Raw Power en 73 y el Fun House en 70, todavía no se considera punk) y lo más cercano a la vanguardia era el trabajo de Eno con un Ambient temprano. Trabajo que, como ya mencioné, es posiblemente lo más cercano al MMM conceptualmente hablando. El álbum es recibido negativamente y considerado una mamada, haciendo ver al ex Velvet como un cabrón presuntuoso. El disco fracasa en ventas.

Con el paso de los años Reed no sólo justifica el álbum, sino que lo considera uno de los mejores trabajos que ha hecho. Lester Bangs lo proclama el mejor disco en la historia del rock. Y una generación próxima está a punto de retomar los sonidos industriales (ya se había hecho con la música dada italiana).

Existen numerosos factores que postran a este álbum y lo suspenden en el limbo como un material maldito. Un disco tan impresionante por el contexto que vale más por lo que le rodea que por el mismo valor sónico. Algo que podría sonar ridículo tratándose de un material musical, sin embargo las numerosas particularidades de este maravilloso experimento hacen que valga la pena conocer la historia. Por un lado la forma en que se hizo, un experimento de Feedback o retroalimentación basado en colocar dos guitarras que, aunque suene extraño, se tocan solas. La técnica consiste en colocarlas una frente a otra (con sus respectivos amplificadores) y sólo propiciar el sonido en una, la cual a su vez, y gracias al ruido que provoca, hace que las cuerdas de la segunda vibren y emitan un sonido diferente, creando una melodía infinita de conversaciones que son intermitentemente intervenidas por Reed. La música tocándose a ella misma.

Reed confiesa que cuando grabó este álbum estaba hasta el culo de drogado y que él mismo considera que es un disco insoportable. No obstante, esto no impidió que algún bienaventurado no sólo escuchara el disco, sino que lo tomara como referencia y de ahí construyera algo increíble. Y esa es la historia del primer pescado acaramelado, digo, de los inicios del rock industrial, el shoegaze y el noise.

¿Y a qué suena el MMM? Las comparaciones van desde estar en una estación de autobuses, ponerle un micrófono al taladro de un dentista, grabar maquinaria pesada descompuesta, hasta el estertor de la muerte. Personalmente considero que no suena tan mal e incluso que por momentos es bonito. ¿Lo recomiendo? Eso ya es otra historia, pero si te gustan los Nine Inch Nails, Front 242, Nitzer Ebb, KMFDM, Sonic Youth y quieres saber de dónde viene su loquera o te interesa molestar a tus vecinos y sacar de onda a tu sacrosanta, Metal Music Machine es el disco ideal. Por cierto, los dos últimos minutos de la parte IV es lo más chido: la pura pinchi loquera.

The Dodos: Time To Die

Por: Gandhi Cabañas


En lo personal, tengo sentimientos encontrados cuando de clasificar música se trata. Es importante diferenciar aquello que se escucha, eso me queda totalmente claro. Pero ¿qué pasa cuando se acaban las etiquetas, cuándo ya no hay adjetivos que puedan calificar al sujeto?, que en este caso es la propia música o, en su defecto, la banda que la compone Se comienzan a inventar barbaridades como “Freak Folk” (¿Folklore de fenómenos?). Y es en este tipo de clasificaciones donde grupos como The Dodos encuentran cabida. Pero seamos sinceros, no tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre. Las bandas no son responsables, es la llamada crítica especializada que se empeña tercamente en encasillar, como si de eso dependiera el futuro de la música popular.

The Dodos son un trío originario de San Francisco, debutaron en la escena independiente en el año 2005 con el álbum Dodo Bird, al cual siguieron Beware of the Maniacs de 2006, Visiter del 2008 y Time To Die, lanzado apenas en septiembre de 2009. Ciertamente su música es complicada y poco común. Las guitarras acústicas y eléctricas son una constante en todas sus composiciones, complementadas con un set de percusiones africanas y en éste, su último material, con un xilófono. La mezcla resulta relativamente experimental; las canciones pueden ser bastante tranquilas al comienzo y terminar con velocísimos rasgueos de guitarra e inesperados cambios de ritmo. El trabajo en general está bastante bien logrado, pero destacan de entre las demás canciones “The Strums”, “Troll Nacht” y mi favorita “Two Medicines”, como para fumar andando en bicla con los ojos cerrados.

Es importante mencionar que el productor del disco, es decir, el responsable directo del sonido obtenido, fue Phil Ek, quien también ha trabajado con Band of Horses, The Shins y los Fleet Foxes, osease con la crema y nata de la escena folk norteamericana.

Como crítico especializado que no soy, pero que pretendo ser, aportaré mi granito de arena para seguir haciendo más larga la lista de géneros y subgéneros musicales. Para mi The Dodos tocan una especie de “New Folk” con un brochazo de “Fast Folk”. ¿Por qué?, porque lo digo yo.

The XX

Por Sofía Vidal


Once temas con enorme carga melancólica. Rasgueos suaves de guitarra y bajo con sonido ochentero. Dulces y sutiles vocales que se tornan nostálgicas acompañados de teclado. Batería y MPC sampler.

The XX es una banda que surge en Inglaterra por ahí de 2005 mientras sus integrantes estudiaban en Elliot School, sitio donde bandas como Four Tet y Hot Chip emergieron también.

Aún cuando no puede encasillárseles dentro de una sola corriente, bien puede leerse como un proyecto indie rock que ocupa elementos folk, dream pop y música de los ochenta.

En 2009 bajo el sello discográfico Young Turks editan su primer álbum XX y es lanzado al mercado europeo recibiendo buenas críticas y aceptación del público inglés.

Romy Madley Croft con su exquisito trabajo vocal femenino, Baria Qureshi en teclado y guitarra, Oliver Sim en voz y bajo, Jamie Smith en batería y MPC sampler, integran esta banda debut del 2009 que se ha presentado en sitios como Ámsterdam, París, Roma, Milán, Múnich, Londres, Singapur, Bruselas, Oslo, Copenhagen entre otras ciudades, tocando con The Big Pink y Micachu, proyectos ampliamente recomendados si te ha gustado The XX.

Crystalised y Basic Space son hasta ahora los dos sencillos con los que se han dado a conocer. Actualmente The XX se encuentra de gira por Estados Unidos y si quieres conocer más de la banda y escuchar su música entra al www.myspace.com/thexx.

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